Opinión

A la deriva

«Mi venganza es fraternidad, ¡No más de fronteras! ¡El Rin para todos! ¡Seamos la misma república, seamos los Estados Unidos de Europa, seamos la federación continental, seamos libertad europea, seamos paz universal!». Esto decía Víctor Hugo en el Congreso de la Paz de París de 1849 y como tal, imaginó y soñó sobre la actual Unión Europea. Sin embargo, lo que seguramente no esperaría, si se alzase de su descanso absoluto, es la degradación en la que nos encontramos.

Los comienzos en todo son cruciales. Maastricht o la primera guerra de la OTAN contra un país europeo no fueron acontecimientos que encajen en aquello que suena bajo el lema de la UE: «Unida en la diversidad».

El tablero mundial se mueve

El escenario geopolítico mundial se mueve. El ocaso de un imperio se contrapone frente al amanecer de otro. Si el siglo XX fue de dominio estadounidense, el siglo XXI será Chino con actores secundarios gigantescos como Rusia o la India. Ante este contexto… ¿qué papel desempeñará la Unión Europa? A mi humilde juicio, actuará de veleta pero en algún momento deberá tomar una decisión. Veamos por qué.

Alemania, dependiente del gas ruso, no puede caer en las provocaciones y intereses de EEUU, un aliado que se encuentra a casi ocho mil kilómetros. La situación es compleja. No solo hay que tener en cuenta la caída del Muro de Berlín, sino también los países satélite entre ella y Rusia que suponen una relación complicada entre los germanos y los rusos. Que los poderes económicos están muy ligados a los estadounidenses es evidente… pero ¿hasta cuándo?.

Alemania nunca podrá volver a un enfrentamiento directo con Rusia porque la dependencia energética es vital.

En este tipo de decisiones la geografía manda. Alemania nunca podrá volver a un enfrentamiento directo con Rusia porque la dependencia energética es vital. De ahí que salvo los apoyos a movimientos militares cerca de la frontera con Rusia nunca pasarán de ahí. Solo sirven para calmar las tensiones entre las fronteras de los antiguos bloques soviéticos frente a Rusia. Un escenario hipotético de conflicto solo perjudicaría a Alemania y una dependencia de suministros energéticos importados desde EEUU es ciertamente un disparate.

Eurasia es la emergente potencial mundial

China, Rusia y la India son tres monstruos que conforman mayoritariamente Eurasia. Tienen mucho que ganar con un comercio abierto en la región. Con la globalización, las empresas estadounidenses amasaron fortunas al reducir el coste de mano de obra estadounidense viéndose ésta reemplazada por mano barata de los países asiáticos. Sale mas barato fabricar en China y distribuirlo desde allá que desde suelo americano. Pero ello tuvo un coste, y se creó la fábrica del mundo llamada China y aspirante a poder hegemónico mundial.

Con la mencionada posición de necesidad energética de Alemania, resulta evidente la imposibilidad de una ruptura con los vecinos de Eurasia en favor de EEUU. Sería un suicidio que arrastraría al resto de los países periféricos de la EEUU: Francia, Italia o España como primeras potencias se hundirían. Del resto nos podemos hacer una idea.

La pregunta es, ¿hasta dónde está dispuesto a llegar EEUU en su agresión comercial y movimientos bélicos alrededor de Rusia o China? Japón, aún con aspiraciones imperiales, Gran Bretaña con un papel parecido y Australia son sus devotos aliados. De esto podemos estar seguro. Desde luego, tampoco podemos dejar de mencionar a Israel. Un estado militarizado al servicio de los intereses de EEUU en Oriente Próximo, como portaaviones y freno al avance de Rusia o China.

Europa es la gran incógnita. Una unión solo monetaria que ha demostrado ser incapaz de resolver las crisis migratorias que sufren los países del Sur, que no ha invertido lo suficiente en I+D o que ha abandonado a sus vecinos sureños en las crisis de 2008 y 2011[…]

El papel de Europa

Europa es la gran incógnita. Una unión solo monetaria que ha demostrado ser incapaz de resolver las crisis migratorias que sufren los países del Sur, que no ha invertido lo suficiente en I+D o que ha abandonado a sus vecinos sureños en las crisis de 2008 y 2011, parece haber entendido «algo» en esta crisis sanitaria. Mientras el separatismo abanderado por los oportunistas de la extrema derecha o la debilidad de Bruselas frente a conglomerados financiaeros como las grandes farmacéuticas no denotan un futuro halagüeño para los europeos. Una región envejecida sin unión fiscal ni ya si quiera de principios y valores europeos (véase Polonia o Hungría).

La UE debe replantearse su papel. Quién quiere ser de mayor. No cabe duda que el resto de compañeros de viaje ya han elegido qué aspiran a ser.