España

Cronología del enemigo público

Una amenaza de muerte con cuatro balas para infundir miedo, coacción y chantaje. No atañe a un suceso ocurrido como los que desgraciadamente existen en América Latina desde los años 70s. Se corresponde a la España del año 2021. Pero… ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?. ¿En qué momento se degradó la democracia española de forma que se banalice la muerte y el terrorismo hacia cargos públicos?.

El éxito del capitalismo ha sido ese, modificar la propia antropología del ser humano ganando la batalla cultural. A partir de los 70s se consigue que los “ciudadanos” (para ser un ciudadano auténtico deberían darse unos requisitos de igualdad, libertad y fraternidad que lejos están de cumplirse) pasen a ser consumidores.

Los antropólogos, que bien conocen la esencia del ser humano, trazan una línea divisoria de cambio en ella a partir de la década de los 70s respecto a los miles de años anteriores de historia que recorrimos hasta hoy. El éxito del capitalismo ha sido ese, modificar la propia antropología del ser humano ganando la batalla cultural. A partir de los 70s se consigue que los “ciudadanos” (para ser un ciudadano auténtico deberían darse unos requisitos de igualdad, libertad y fraternidad que lejos están de cumplirse) pasen a ser consumidores. Con todo lo que esto implica. Este cambio de mentalidad en amplios sectores de la población a consumidores, los deshumaniza y los hace reaccionarios a cualquiera que busque deshacer este imaginario.

Las consecuencias de esto se aplican a cualquier ámbito y tema que concierne a la sociedad. Incluída la prensa. Asumiendo la parcialidad de cualquier línea editorial, lo cual es algo legítimo, no debería permitirse la mentira, difamación y blanqueo porque por encima de la ideología del medio de comunicación debe prevalecer el código deontológico donde no cabe nada de lo anterior.

Con la irrupción de sus 69 escaños en el Parlamento, Podemos se dibuja una diana de la que los sectores más conservadores y oligarcas del país van a disparar toda su artillería.

El primer intento de derribo repetido más de quince veces en los tribunales y archivado por los jueces, son las falsas acusaciones de financiación ilegal de Podemos que fueron acompañadas de horas de televisión, radio y portadas de periódicos. Por supuesto, nunca hubo una portada mostrando cada una de las causas archivadas. Mucho menos una rectificación.

A partir de entonces, suceden de forma paralela diversos acontecimientos delictivos para acabar con una formación política. Por un lado, se crean con fondos públicos y dinero de todos una policía al margen de la ley con el supuesto visto bueno del gobierno de M.Rajoy para inventar pruebas falsas (informe PISA) derivándolas a los medios de comunicación dispuestos a ponerse de perfil. Por el otro lado, estos medios de comunicación buscan filtrar cualquier cosa que pueda causar una controversia pública o algún trapo sucio. El robo de la ecografía de Irene Montero no es casual. Como tampoco el robo del móvil de Dina Bousselham filtrando mensajes, imágenes privadas con el propósito de destruir públicamente a sus protagonistas.

La mercantilización del periodismo ha facilitado la normalización de la mentira. La mentira no es aceptable en democracia.

Esta degradación viene dada por la mercantilización de los medios de comunicación y de la propia información que pasa a convertirse en una mercancía. ¿Por qué las tertulias de política no tienen politólogos y solo tertulianos que algunos de ellos mienten?. La mercantilización del periodismo ha facilitado la normalización de la mentira. La mentira no es aceptable en democracia.

Los números no mienten. Los actos violentos xenófobos y homófobos han crecido en los últimos años. No es casual, cuando desde la presidencia de Trump se acusa a los migrantes como asesinos y violadores. No es casual cuando un tipo como Berlusconi alienta a actos inmorales con su ejemplo. No es casual cuando VOX anuncia que deportará a Serigne Mbayé, que es español.

Toda esta desinformación constante de los medios de comunicación cala en gran parte de la población que se hace mas permeable a la mentira, al rechazo al otro y la cultura del “todo vale”. Un ejemplo de la mentira fue cuando desde la cadena de radio SER se dijo que Podemos quería quitarle la segunda vivienda a los españoles. Las múltiples condenas y rectificaciones a el diario el Mundo por mentir, al panfleto de E.Inda son ejemplos de unos tiempos que vivimos en el que la decadencia y el “amiguismo” se anteponen a la verdad y al rigor periodístico.

La caricaturización de Pablo Iglesias cuando se le llama despectivamente “el coletas” conlleva una deshumanización y falta de todo respecto que ha desembocado en insultos mucho peores para despojarlo de su humanidad como ya se hizo con los judíos por los nazis y en otros tantos pueblos que al final siempre ha acabado en tragedia.

Este odio ha sido fomentado y blanqueado desde los medios de comunicación. Una falta de integridad y ética que no tiene perdón. De ahí surge el acoso durante un año en Galapagar, el acoso en Cádiz a J.C. Monedero o en Asturias cuando Iglesias y Montero estaban de vacaciones unos días y tuvieron que renunciar a ellas y volver a Madrid.

La negación de Monasterio y VOX sobre la amenaza con balas no sorprende y tanto ellos como Ayuso y el PP pueden ser cómplices de haber tensionado tanto a la sociedad hasta un posible punto de no retorno. Los medios de comunicación y los periodistas que mienten, blanquean o se ponen de lado con el fascismo y la ultraderecha tienen nombres y apellidos y son tan cómplices como los que en aras de poder y dinero son complacientes con los discursos de odio.

La mejor receta sería doble. Un cordón sanitario como han hecho en Alemania, que ponga fin a discursos antidemocráticos y que están en contra de consensos que se suponían ya aceptados. Una victoria electoral en Madrid con una política al servicio de las mayorías que devuelva la dignidad a la gente y democratice las instituciones públicas invirtiendo con recursos y revirtiendo la política neoliberal que nos convierte en competidores y no en colaboradores, que antropológicamente es como el ser humano ha conseguido llegar hasta aquí.

No hay casos puntuales, sino una ola internacional de ultraderecha, racismo, supremacismo y machismo que de subestimar podríamos sufrir pérdidas y retrocesos en derechos en los próximos años.