Opinión

Análisis para no renunciar a la centralidad del tablero

La centralidad no es el centro político. La centralidad busca situar en el centro del debate, las cuestiones que tienen en común los diferentes espectros que conforman la sociedad. Simplificando vendría a ser: decir la verdad a la ciudadanía. Temas comunes como es la Sanidad Pública, las pensiones, qué intereses hay en determinadas acciones de Bruselas o explicar qué significa la OTAN. Explicar a la ciudadanía, con sosiego, tanto las acciones como las limitaciones que un gobierno puede tomar dado el marco actual en donde el poder económico está por encima del político. Esta fue una de las claves de Podemos para lograr su auge de 2015.

La centralidad busca situar en el centro del debate, las cuestiones que tienen en común los diferentes espectros que conforman la sociedad. Simplificando vendría a ser: decir la verdad a la ciudadanía.

Podemos surge del movimiento 15m, el cual permitió una politización de una parte de la sociedad que señaló con nombres y apellidos los culpables de una crisis ilegítima y sus consecuencias. Además buscó la reivindicación de los derechos sociales y soberanía nacional para devolvérsela al pueblo y a las mayorías. La coyuntura de la crisis, marcada por desahucios, el paro, la reforma laboral del PP fue fundamental para que un experimento sociológico como es Podemos pudiera situar encima de la mesa temas ineludibles para el resto de los partidos y medios de comunicación, que de ignorarlos hubiera supuesto la posibilidad de quedar fuera de cualquier opción de relevancia electoral. Otro elemento a señalar ha sido el intento constante de recuperación de los valores y elementos que conforman la patria, incluido este término, asociándolos siempre a los derechos populares y sociales; traiéndolos al centro del debate y naturalizando unos símbolos con los que a la izquierda española le ha costado siempre identificarse tras la larga noche de la dictadura.

La renuncia a las herramientas políticas por parte de la izquierda en el pasado como son los medios de comunicación o espacios políticos como el parlamento, es una trampa que lleva a que el adversario se haga con ellas y las gestione, mientras que la izquierda queda aislada y reducida a una crítica a los fallos del sistema sin posibilidad de cambio ni transformación. Ésto fue completamente comprendido por Podemos y es ahí donde el sistema embiste con todas sus fuerzas, intentando destruir uno a uno a sus dirigentes. El miedo a Podemos es lo que les llevaba a ello, el miedo a perder el status-quo.

“Nosotros salimos a gobernar” o “Asaltar los cielos” son unas de las grandes audacias que también ha permitido a Podemos sumar un respaldo social – junto a los anteriores puntos señalados. El programa de Unidas Podemos supone uno para cerca de un 70% de la gente y que está basado en los derechos sociales establecidos en la Constitución – que no se cumplen – junto a los derechos humanos, el feminismo y el ecologismo. Una vez en el gobierno, Unidas Podemos, estando en minoría, debería buscar arrastrar a esa parte no liberal del PSOE hacia su lado; de forma que la correlación de fuerzas dentro del gobierno sume más del lado de la izquierda que del centro liberal conformado por una parte del aparato ejecutivo que ocupa el PSOE. Sin embargo, el disponer de un apoyo social y un manifiesto programático para una gran mayoría no implica tener el poder ni, especialmente, tiempo para ejecutarlo.

La capacidad del neoliberalismo para privatizar y desregular es una cualidad – destructiva – impresionante que impone unas condiciones dificilísimas para el siguiente ejecutivo que busque cambios estructurales que sean significativos. El tiempo juega en su contra […]

La capacidad del neoliberalismo para privatizar y desregular es una cualidad – destructiva – impresionante que impone unas condiciones dificilísimas para el siguiente ejecutivo que busque cambios estructurales que sean significativos. El tiempo juega en su contra, y sumado al dominio económico que se impone desde Bruselas, en donde Alemania cumple un rol cuyo máxime es proteger los intereses alemanes, puede significar que en cualquier momento corten ayudas o prestaciones – en agricultura, inversión en infraestructuras o material médico – que provoquen un tambaleo de la vida de la gente. Para contrarrestar el factor del tiempo, no se puede actuar de forma individual – excepto dentro del Estado con la amplia mayoría social – salvo que se disponga de una correlación de fuerzas con otros países de la periferia del sur de Europa de similar ideología y apuesta programática. El 18 a 1 de los poderes europeos contra la Grecia de Tsipras es ejemplo de esa imposibilidad. Como se puede suponer, esta correlación de fuerzas, depende de los resultados electorales de cada uno de los países, dificultando enormemente que un gobierno progresista coincida en el tiempo con otro en Portugal, Grecia, Italia, Francia e Irlanda.

La oposición es otro elemento que se debe sentir arrastrado a esa centralidad del tablero de la que veníamos hablando al principio. Con Rajoy y la caja B del partido PP era mucho más fácil trasladar como uno de los temas centrales el de la corrupción. Hay que encontrar fórmulas que permitan atraerlos al debate, a la centralidad del tablero.

Por suerte, la derecha de este país es muy torpe. Hoy en día se balancea a la derecha de la derecha, comete errores y siguen vivas las consecuencias del anterior ejecutivo. Hay que explicar a la gente, las veces que haga falta, la realidad.

La verdad conlleva valentía y riesgo. La verdad es la centralidad del tablero y como tal, es la única herramienta para tomar el poder desde la izquierda.

La verdad conlleva valentía y riesgo. La verdad es la centralidad del tablero y como tal, es la única herramienta para tomar el poder desde la izquierda.