El Bebedero de Rocinante

Carta al Ministerio de Cultura: Abrir las librerías es fomentar la cultura

La cultura no es un capricho. No es desalojar La Ingobernable o desde luego no es cancelar conciertos de Luis Pastor. La cultura es un derecho que nace y bebe de los barrios, también de las librerías de pequeños comerciantes que buscan un rincón de pensar dentro de la gran urbe de cemento, centros comerciales y masificaciones de turistas. Bueno, ésto ahora mismo no sucede. Y es precisamente por ello, que para fomentar la cultura, para dar oxígeno a nuestras mentes y participar de la lectura y su ejercicio de pensar, necesitamos las librerías pequeñas y de barrio de vuelta. Es sabido que éstas de barrio nunca se masifican. Realizaríamos un enorme favor a los devoralibros y a la sociedad en general si llevásemos a cabo este gesto. El pequeño librero se vería aliviado por tener de nuevo ingresos con un público que ya ha entendido y naturalizado las medidas de precaución y distanciamiento para protegernos los unos a los otros. Porque se trata de eso.

En Italia ya han permitido abrir librerías bajo las normas de protección sanitaria, y España debería hacerse eco y levantar esta prohibición y alivianar tanto a libreros como a lectores. No es suficiente con la venta online de las grandes corporaciones y franquicias, desde luego no para el pequeño librero y la cultura.

El pasado 24 de marzo surgió la iniciativa Lliberies Obertes que pretende estimular la venta de libros ayudando a las pequeñas librerías del Estado, principalmente en Cataluña pero también las hay en Valencia o las Islas Baleares, pudiéndose adherir cualquier librería de otra parte del país. El funcionamiento consiste en la selección de uno o varios libros para después escoger en qué librería se desea contribuir y recogerlo en unas semanas. Sin embargo, aunque ésto intenta solucionar una parte muy importante del problema lo cierto es que sigue sin solventar ese ahogo “literario” qur produce la falta de ir a comprar un libro. No olvidemos que las librerías constituyen la primera industria cultural del país. No es la misma experiencia cultural ir a una franquicia que a una librería de barrio. Otro proyecto que se ha reactivado diariamente ha sido Las Librerías Recomiendan, en donde se muestran recomendaciones literarias y donde adquirirlas.

Entre algunas de las propuestas del gremio al gobierno para proteger el sector durante la pandemia y los posibles cierres, ha sido declarar el libro como un bien de primera necesidad. A estas alturas, ¿es que hay alguien que duda que no lo es?.