Desde la constitución del Estado colombiano hace dos cientos años, esta es la primera vez que una fuerza de izquierda llega a La Casa de Nariño. Los últimos quince años de uribismo han sido derrotados por el frente amplio popular de izquierdas representado por Gustavo Petro y Francia Márquez. Los colombianos y colombianas apostaron, el pasado 19 de junio, por la esperanza frente a la violencia, pobreza, desigualdad y corrupción del uribismo.
Tras México, Argentina, Perú, Honduras y Chile ahora Colombia, con su victoria frente al uribismo, formará parte de esta nueva etapa de progresismo regional en América Latina. Si las predicciones se hacen realidad Brasil podría sumarse a esta ola de izquierdas y esto representa una nueva oportunidad para avanzar en una unión regional que vaya desde México a Argentina con aliados dentro de Chile y Colombia que siempre han estado a la derecha funcionando como agentes neoliberales de EEUU frenando todo intento de cohesión y democratización de Latinoamérica.
Aceptar el resultado es clave
Cabe señalar la diferencia entre España y Colombia sobre la aceptación del resultado electoral por parte de la oposición. Mientras que Hernández deseó suerte y aceptó el resultado, aquí en España se tachó de «gobierno ilegítimo» tanto por el PP, del ya olvidado Pablo Casado, el irrelevante Cs y la ultra-ultra derecha de VOX.
La cuenta pendiente de la Justicia en México y Colombia
Al igual que en México el futuro es bien complejo pero esperanzador. Las promesas de AMLO sobre justicia acerca de los asesinatos sin resolver en los que podría haber estado involucrado el gobierno anterior siguen siendo reclamadas por el pueblo mexicano y esto va a suceder en Colombia y seguramente en Brasil si gana Lula. Tras casi dos siglos de derechas, hay que aceptar la realidad colombiana que no es sino un aparato del Estado fuertemente conservador en todas sus instancias judiciales, policiales, militares y demás sectores del funcionariado.
El Caribe de izquierdas
No podemos no mencionar que por primera vez el Caribe es de izquierdas. La relación con Venezuela podrá dejar de ser utilizada por EEUU y el uribismo más casposo para brindar un futuro de paz y convivencia lejos de las tensiones y provocaciones por el rídiculo Juan Guaidó en la frontera con Venezuela y otros interés más afines a los EEUU que a los de los pueblos del Caribe. México, Cuba, Venezuela y Colombia son ahora de izquierdas.
Toca empezar a gobernar para la gente y trazar esa unión regional con la amplísima mayoría progresista de la región.
