Otro mundo es posible

El decrecimiento inevitable y el fin del crecimiento ilimitado

Los economistas neoliberales mediáticos poseen la habilidad de utilizar las variables económicas de manera selectiva para debatir con personas de una ideología diferente que intentan demostrar la inviabilidad del sistema y su inminente decrecimiento. En estas situaciones, se suele hacer referencia a conceptos como el Producto Interno Bruto (PIB), el aumento en los salarios en las últimas dos décadas, el comienzo de empresas exitosas en garajes como el caso de Elon Musk, las donaciones de Amancio Ortega y las bondades de Paco Roig. Con el tiempo, he comprendido que los debates en términos de economía neoclásica en su propio terreno es una lucha que no puede ganarse. Esto se debe a que los datos, aunque sean maquillados, tienen más impacto que cualquier explicación sobre las causas y consecuencias. Especialmente, en la propia hegemonía neoliberal de la que todos y todas formamos parte, incluida la izquierda aunque no quiera reconocerlo. Dentro de esta corriente de economistas, hay quienes afirman que la economía chilena tuvo éxito a pesar de la dictadura de Pinochet. Sin embargo, olvidan mencionar que dos tercios de la población eran pobres, lo que demuestra una realidad alarmante: la existencia de una «sociedad de los dos tercios», los dos tercios pobres.

Los tramposos tienen padrinos

Ante todo, cabe señalar el valor incalculable de la sabiduría popular, y ese refrán que dice «dime con quién andas y te diré quién eres» nos brinda las claves para descubrir a estos tramposos. Muchos de los economistas mediáticos ocultan a sus padrinos en sus discursos. Si se examinan algunos de los nombres relevantes más mediáticos, se puede constatar que forman parte de entramados como por ejemplo Atlas Network. Invito al lector o lectora a investigar quiénes son, a quiénes financian y cuáles son sus objetivos. A modo de avance, cabe destacar algunas de las actividades que realizan, como campañas de propaganda engañosa, la disputa cultural, el apoyo a golpes de Estado en América Latina y, por supuesto, la evasión fiscal. Todo ello, presuntamente.

Los diferentes cenit

Pero si hay algo que puede desenmascarar la falacia de la economía neoclásica y del actual modelo de crecimiento ilimitado, es la realidad material de un mundo que es finito. Como explica el científico Antonio Turiel del CSIC, la teoría del pico de Hubbert, conocida como el cenit del petróleo, ya a principios de los años 70, advertía sobre los límites del crecimiento de una economía fundamentada en combustibles fósiles. La reacción del gran capital no se hizo esperar y propulsó el neoliberalismo para impulsar la globalización. Unos años más tarde, la Teoría de Olduvai proyectaba el inicio del colapso de las economías industriales situando el cenit de la misma para el año 2030. Hace ya quince años se definieron los nueve límites planetarios, y uno de ellos es el cambio climático. Habiendo sobrepasado cinco de estos límites, como ya hemos hecho, cabe señalar que superar cualquiera de ellos podría resultar en la extinción de la especie humana. Es decir, estamos ante la disyuntiva de vernos obligados a decrecer para frenar las peores consecuencias del cambio climático, en el momento en el que menos energía y materiales vamos a disponer para realizar una transición más suave y ordenada (Antonio Turiel, 2011).

No cabe duda que son fanáticos y seguirán justificando las subidas y bajadas en los costes de vida y de producción, en medio de una tendencia general y clara a la baja hacia un crecimiento negativo. No queda duda que apostarán por ejercicios de neocolonialismo y apoyo a las potencias que garanticen su nivel de vida. No tengan duda que sus argumentos en defensa de las leyes de la mano invisible del mercado y el crecimiento ilimitado están llegando a su fin.