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EZLN: «Disculpen las molestias, esto es una revolución»

«El zapatismo no es una nueva ideología política o un refrito de viejas ideologías. El zapatismo no es, no existe. Sólo sirve como sirven los puentes, para cruzar de un lado a otro. Por tanto, en el zapatismo caben todos, todos los que quieran cruzar de un lado a otro. Cada quien tiene su uno y otro lado. No hay recetas, líneas, estrategias, tácticas, leyes, reglamentos o consignas universales. Sólo hay un anhelo: construir un mundo mejor, es decir, nuevo.»

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional sorprendió al mundo el 1 del enero de 1994, el mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio entre los EEUU y México.  Era un momento histórico en el que jamás se hubiera esperado una revolución armada de  un pueblo latinoamericano. Sin embargo, a diferencia de otros levantamientos populares, el EZLN, mediante una gran estrategia de comunicación con un mensaje de resistencia y unidad de los pueblos originarios dirigido al estado mexicano y al neoliberalismo, consiguió dotar de esperanza a los movimientos sociales y de izquierda de todo el globo.


Su figura principal, el subcomandante Marcos, decía así: “Buenas tardes a todos. Hemos llegado un poco tarde, y les pedimos que nos disculpen, pero es que nos hemos topado con unos gigantes multinacionales que nos querían impedir llegar. El Mayor Moisés nos dice que son molinos de viento, el Comandante Tacho dice que son helicópteros. Yo les digo que no les crean, eran gigantes”. Con él a la cabeza, un grupo de indígenas del estado de Chiapas puso en marcha esta revolución con la mera intención de dotar de voz a las comunidades locales y marginadas por el racismo sistemático del estado neoliberal mexicano. Tampoco hay que olvidar aquella frase de Porfirio Díaz “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de EEUU” que describe muy bien las consecuencias de la posición geográfica que ocupa en el mapa.

Sin embargo, el movimiento EZLN en sus propias palabras decía “este movimiento pretende cambiar el mundo, no tomar el poder”. El poder y la oligarquía mexicana se sintió muy cómodo con ello. El movimiento cuestiona los modelos modernizadores del neoliberalismo. Su éxito se basó en que era una guerrilla comunicacional a diferencia de tantas otras que han habido a lo largo y ancho del continente latinoamericano y los únicos que han contado con una aceptación universal.

El zapatismo emergió cuatro años después del fracaso de la revolución sandinista y tan solo dos de la desaparición de la Unión Soviética donde parecía que la izquierda ya no tenía nada que añadir en un mundo en el que el liberalismo había ganado aparentemente.  Hay que entender este movimiento como uno que no da respuestas, sino que al contrario, plantea las preguntas y realiza una tarea pedagógica situando la sociedad civil como sujeto histórico e internacionalizando la protesta y el significado de patria.

Más de 20 años tras el pasamontañas sigue siendo un referente mundial de revolución de los pueblos, movimientos sociales y anti neoliberalismo.

“Disculpen las molestias, esto es una revolución”. – Subcomandante Marcos.