España

Las dos grandes afrentas del statu quo y las élites en España

“La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar, en forma alguna, acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución, votada por el pueblo español, determinó en su día a través de referéndum.”. Con estas palabras el entonces Rey Juan Carlos I se dirigió al pueblo español durante el golpe de Estado el 23 de febrero de 1981. Un golpe de Estado por el coronel Tejero en una España que se acostaba franquista y amanecía demócrata.

Las élites financieras en España, entonces una nación aislada de Europa y del mundo por la dictadura franquista, buscaron con la muerte de Franco entrar en el jugoso mercado europeo que se estaba construyendo. Porque Europa no permitía a una dictadura formar parte del proyecto europeo. El plan para conseguirlo consistía en instalar un sistema bipartidista, a la estadounidense, que permitiera, con sus diferencias, manejar el poder para que las políticas económicas no fluctuasen salvo en favor de la oligarquía y mercado económico.

En el año 2007, “los brotes verdes” de la crisis mostraron a los pueblos del sur de Europa su sabor más amargo. Descubrimos que la Europa que habíamos ayudado a construir no era equitativa. Los países del sur fueron golpeados y pagamos la crisis que la especulación y grandes firmas financieras, bancos, multinacionales habían creado inflando una burbuja que sin una política fiscal igualitaria para todos los miembros de la euro zona no se podía soportar como bien señalaronpolíticos como Julio Anguita (IU, PCE) cuestionando el Tratado de Maastricht en donde se establecieron los pilares que años más tarde se derrumbarían para unos y para otros no.

Años más tarde y tras unos números escalofriantes de despidos, empresas quebradas, deuda disparada, desahucios y un pueblo sometido a las políticas de recortes ordenadas por Bruselas y pactada por el PP y el PSOE modificando la Constitución anteponiendo así el pago de la deuda a los derechos de los ciudadanos movilizó a una gran parte de la sociedad en el llamado 15m del que surgió años más tarde el partido Podemos.

En Cataluña, la derecha catalana ejerció los mayores recortes dentro del Estado Español y plantearía como cortina de humo el derecho a la autodeterminación por el que nunca se habían pronunciado antes. Hablamos de la derecha catalana pero claro que hay otros movimientos catalanes que ya plantearon de forma honesta y coherente la independencia de Cataluña.

Llegados a este punto nos encontramos con los dos problemas más graves del sistema bipartidista que pretenden romper el statu quo. El movimiento social de protesta contra la crisis y la ruptura del sistema de bienestar junto con el segundo problema político, el Procés y conflicto en Cataluña son los que entierran el bipartidismo. Estos problemas de Estado destapan el nerviosismo y amenaza la propia supervivencia de las élites.

¿Pero qué actores políticos son capaces de hacer frente a los problemas de Estado que mencionamos? Por un lado, tenemos la derecha española formada por el tripartito. Una derecha para la que el conflicto catalán no es un problema, es una oportunidad electoral cuya única solución pasa por la censura y aplicación del artículo 155 indefinido que el tribunal Constitucional ya dictaminó que un 155 indefinido sería inconstitucional, por lo tanto ilegal. Esto nos muestra como la derecha es patrimonial con la nación española y sus símbolos. El resto son una panda de traidores.

Sin embargo, otro actor político como es el PSOE ha entendido muy bien como ganar elecciones haciendo un discurso muy cercano a Podemosdurante las pasadas elecciones de abril y mayo de 2019. El problema radica en que a la hora de la verdad bien sea por presiones de las grandes empresas, bancos y élites financieras, incluso de Europa, o por presión interna del partido no es capaz de cumplir con el mandato imperativo que es el que el pueblo eligió cuando gritaba “Con Rivera no!”.

¿Acaso esto no significa que el PSOE también es patrimonial con España? En este caso podríamos concluir que el sistema bipartidista podría definirse como patrimonial en cuanto a su relación con la nación española y esto anula sistemáticamente cualquier tentativa de transformación política, social y cultural que nos ponga a la altura de otras democracias más avanzadas, justas y solidarias.

La transformación solo podrá darse si procede de la gente, de los movimientos sociales que busquen romper con el statu quo en aras de un patriotismo que no sea solo de bandera, sino que además pretenda empoderar los servicios públicos, la educación de calidad y la igualdad entre españoles y españolas. “[…]Tocar al poder y quitarle el poder al poder” (Julio Anguita).