Opinión

Pesimismo esperanzado

Que la clase dominante, los ricos, van ganando la lucha de clases ya lo dijo Warren Buffett. Sin embargo, las personas progresistas debemos creer en la posibilidad del cambio. Aunque la noche sea oscura, y los ricos sean mas ricos con la pandemia.

 

Parece que Bruselas ha comenzado a cuestionar, un poco, el modelo neoliberal que han seguido meticulosamente tras la sorpresa de Biden de una reforma fiscal muy similar a la acuñada en los programas políticos de las izquierdas a la izquierda del PSOE y que siempre han sido tachados de bolcheviques. El Partido Demócrata lo entendió tras estos caóticos años de mandato trumpista, con sus consecuencias mundiales y la expansión de un discurso sobre la libertad pero vacío de contenido. Si el PD de EEUU pretende gobernar como sus rivales, con su mismo programa, no solo no movilizará a los suyos en las elecciones sino que algunos de éstos se pasarán al lado contrario. He ahí la causa de la ligera inclinación de Biden hacia posturas socialdemócratas.

Pero no nos engañemos, Biden no es Sanders. Y aunque se hagan reformas progresistas no serán profundas ni transformadoras. Parece que apuntan a una suerte de medidas superficiales que canalicen el descontento de muchos ciudadanos para que no fluya hacia una despolitización rumbo al neoliberalismo de tipos como Trump.

Lo esencial es aprovechar esta ocasión de constatación de la necesidad de políticas progresistas y que inclinen a nivel europeo la balanza hacia postulados sobre los que la misma Europa se fundó. El pesimismo de la inteligencia se suma al optimismo de la valentía formando así el pesimismo esperanzado. Ahí, en esa valentía, es donde Bruselas y los gobiernos del Sur de Europa deben apostar o el descontento generalizado sumado a las crisis de 2008 y 2011 y a su vez junto a la de la covid19 convergerá en una radicalización y un aumento de las fuerzas populistas de extrema derecha que pondrá en peligro la propia existencia de Europa así como el retroceso en derechos de sus ciudadanos.

Esta crisis supone una oportunidad y como tal, una esperanza.